Fran Brea 30 de junio de 2015.
La tortuga conocida como Rostro, que en marzo del pasado año varó en Fisterra, fue puesta en libertad en la ría de Muros-Noia después de haber permanecido más de un año en Galicia. El animal se halló en su momento con graves heridas en sus aletas, incluso se temió que pudiera perder una de ellas, tras haberse enganchado con unos restos de un aparejo de pesca. En un primer instante residió en la Unidade de Coidados Intensivos do Cemma, donde se trataron sus lesiones hasta su traslado a finales de 2014 al acuario de O Grove. Allí se trabajó para que Rostro volviera a nadar con soltura con el fin de que pudiera desenvolverse en el mar hasta ahora, cuando se subió al buque María de Pazos en el Club Náutico de Portosín para emprender un nuevo viaje.
Durante su estancia en Galicia la tortuga engordó un kilo y medio y creció 10 centímetros. Esto fue posible gracias a la alimentación que se le proporcionó, principalmente a base de sardinas y otros pescados ricos en proteínas y grasas. Ahora su dieta variará ya que, según afirma José Cedeira, profesional de Cemma, «as tartarugas comen todo o que atopan na superficie, dende medusas ata algas».
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